Octubre

El árbol con el cuello del otoño degollado…

Y cae en lluvia roja sobre los que están debajo

mientras bailan y beben sin preocuparse

de qué puede haber en común entre el destino

y el azar enamorado de la sorpresa…

Y tal vez sólo uno de ellos

murmurará, no sin temblar un poco:

«¡Ni los santos

sangraban sólo a través de los estigmas!».