Hay sitio en mí, más aún, espacio
para vuestro dolor y las blasfemias
y también para vuestra alegría… No, nada os impide
entrar cuando brilla el sol
y mucho menos cuando ulula la tormenta…
Aquí podéis llorar y maldecir,
y más cerca del misterio reíros, sí, reír
y nada os impedirá marcharos.
Yo estoy aquí, vosotros vais pasando…