A Frantisek Tichy
Degas modelaba incluso el polvo en el cuerpo de las bailarinas,
pero ¡cuántos libros llenos de polvo!
¡Menos mal que alguien llora aquí y allá,
menos mal que aquí y allá llueve agua ahogada
sobre los ríos y sobre los lagos!
Sí, pero al fondo, donde no llegarás,
se puede oír al siluro acabando de devorar los restos de Ofelia…