De noche

Durante la ausencia de la mujer amada

las tinieblas, totalmente enloquecidas, se apoderan de sus piernas,

se deslizan en los zapatos de hielo

y empiezan a bailar desde tu cama

hasta la inmensa sala del insomnio…

Los zapatos suenan, dan vueltas, patean, retozan

sin piedad, abiertamente, y eso dura

y se sienten bien, bailan sin duda el uno con el otro.

Tu amor sin fe sólo les ayuda

de los celos al adulterio.

Los oyes toda la noche, y más y más te hielan,

y no empiezan a fundirse hasta el momento

de volver hacia ti…