La virgen

En aquella fiesta había tantas luces

que eran perfectas las tinieblas.

Y él estaba ahora allí. Y no le molestaba que precisamente

sus sentimientos le vinieran del vino, aunque sus pensamientos

vinieran de las uvas…

Hacia la mañana él la dejó y ella mira aún,

por el agujero de su vestido de fiesta,

el desnudo clavo del lunes…