Al apagar la vela sientes alguna vez
que has comprendido. Como si dijéramos: quedaste ciego
donde debías ver…
Dejaste allí todos tus años jóvenes,
en buena tierra mal camino,
y ahora es obvio que estás viejo y secretamente enfermo…
Pero no tengas miedo, aún no morirás,
la muerte está tan sólo en el jardín
y agita los ciruelos…