Noche

Como enamorado, ni siquiera Homero

con Helena tuvo tan poca suerte

ya que él no se enamoró del amor

sino de la belleza. No, ni Homero

con Helena fue tan desdichado

como tú, que te enamoraste de la que llevaba

a la máquina de planchar de la luna

los sudarios de los que aún están vivos…