¡Qué hermoso es ese viejo pino blanco
de las colinas de tu infancia
que hoy has vuelto a visitar!…
A su susurro recuerdas a tus muertos
y piensas cuándo te tocará a ti.
A su susurro te sientes
como si hubieras acabado de escribir tu último libro
y ahora tuvieras que callarte y llorar
para que brotara la palabra…
¿Qué fue de tu vida? Abandonaste conocido por desconocido.
¿Y tu destino? Una sola vez te sonrió
y tú no estabas allí…