Nunca monté a caballo,
tampoco cambié del caballo al asno,
yo siempre fui a pie… Y sin embargo decís:
¡Sé directo!
¡Ser directo!… ¡Sí!, pero la palabra
no quiere abandonar la búsqueda del espíritu,
que sin embargo es omnipresente,
la palabra no quiere abandonar, no quiere moverse de
a no ser por la locura…