Burns tenía razón… Pero yo estoy convencido
de que es imposible imaginarse a una mujer
por la lectura de los libros, mucho menos a partir de la realidad.
Ella es. Y gracias a ella solamente
los hombres son también, con demasiada frecuencia, como asesinos
que a veces se reparten con gesto regio
la corona de diamantes del misterio de ella…