Ese hermoso sendero de guindos por el que ahora avanza el campesino
con una treintena de cangrejos en el saco,
lo iluminan para él
el semen de la Vía Láctea y el fulgor del dinero…
Al mismo tiempo algún otro va por el vacuo camino del desmonte
y aunque hay luna vieja
pronto se encontrará detrás de la colina y se dirá:
«Pocas veces veremos ya el Calvario con las tres cruces.
Solía haber sólo una cruz con Cristo Nuestro Señor…
ya que los dos ladrones que estaban a su lado
serán sustituidos por dos de nosotros…».