Esta mañana el vecino ha degollado un gallo. Había asaltado a las mujeres.
Su sangre gotea junto al periódico, junto al que
yace un cuchillo encima de una docena… Desde la esquina de un bosquecillo
soplaba el viento y esparcía ascuas en la parrilla del rosal silvestre…
En los umbrales de los ríos lavan sus paños las doncellas…
Chorro de vino entre los ojos de la muerte… Pero ganaremos la partida…
Luego empieza a llover… En el jardín, la lluvia
se tiñe el pelo con el saúco.