Los montes van, las flores van

Las cornejas con el pico hacia los montes… Será primavera…

También nosotros, desde tiempo inmemorial, sólo añoramos…

Del vacío al desierto camina el tiempo

y se detiene sobre sí…

El pulso de mi corazón es desigual. ¿Cómo, pues,

podría ser regular el ritmo de mis versos?

¡Sumisión ferviente a la voluntad de la poesía!