¿Qué leía?

¿Qué leía aquella muchacha del libro en el tranvía?

Por estar fuera del tiempo y la imagen y el nombre,

sólo le quedaba el sentido y éste temblaba tan ardorosamente

que si hubiera tenido que hablar, hubiera injuriado,

y si hubiera tenido que levantar los ojos, hubiera visto

solamente la rebelión y la caída de los ángeles…

Quien se ha sumido en la poesía,

ya no puede salir…