Entonces de nuevo

Aunque mis versos a veces no los entendía ni mi amigo

(del mismo modo que hay seres que no pueden matar

aunque quisieran),

aunque completamente abandonado me desesperaba

(del mismo modo que algunas estatuas se aterrorizaron

de los pecados humanos hasta volverse de madera),

aunque no se me ofrecía nada más que el suicidio,

siempre sentí esto: ¡convertirse en nada,

para destruir hasta esa nada!

Entonces volví de nuevo a amar…