Los cazadores que cayeron sobre los amantes
serían cegados por exceso de proximidad.
Incluso matar la serpiente sería pecado,
ya que no se ve a la mujer muerta.
Sin embargo el aire se burla de los colores
y el menos amarillo es ya el amarillo mismo.
Transparencia íntima. Ángulos del olvido.
El cubo lleno de la memoria de la esfera.
¿Quién no sentiría nostalgia, pues, de una ruina?