Otoño I

Los cazadores que cayeron sobre los amantes

serían cegados por exceso de proximidad.

Incluso matar la serpiente sería pecado,

ya que no se ve a la mujer muerta.

Sin embargo el aire se burla de los colores

y el menos amarillo es ya el amarillo mismo.

Transparencia íntima. Ángulos del olvido.

El cubo lleno de la memoria de la esfera.

¿Quién no sentiría nostalgia, pues, de una ruina?