Europa

Todas las cárceles del mundo están construidas

con las piedras que cayeron sobre Jesucristo.

Y siguen haciéndolo las manos de los ricos

de modo que no pueden dar la mínima limosna.

Por ello, cárcel tras cárcel, siguen creciendo

y casi todos estamos ya presos en ellas

y en ellas perecemos, como si el mismo Dios hubiera querido

estar en nosotros, sólo que sin nosotros…