Accidente

En la niebla, y como si tuviera allí su asiento, hay un bosque de pinos.

Más descubierto y por lo tanto más cerca

y como a merced de todos, un bosquecillo de hayas.

En lo alto, por encima de bosque y bosquecillo

hay nubes sin pájaros.

Abajo, por el celoso prado

se tambalea un hombre, un hombre alado…

El error se paga.