Balada I

Los nidos de las negras cornejas

en lo alto de los pinos se mecen.

Nadie los nutrirá. El viento silba

y lanza en ellos por lo menos nieve.

Por el seno de la mujer, se extravían

dos hombres, tras la señal.

Uno saqueará la sacristía,

el otro la iglesia toda robará.