Las gotas rojas del ojete de las mariposas tras salir de la crisálida
formaron una charca, que calla a boca llena
de modo que hasta las alas de los amantes son dignas de una vida nueva
en la tierra, y aunque fuera
en otro tiempo, en Amykles o ahora aquí…
Pero sólo con el niño recién nacido llega nuestra agonía…
Después, el recuerdo no es más que lo que no reconocemos.
Y también Caronte es meramente un barquero…