También el cielo tendrá fin… Desde el sacerdote de Caldea
a las magias de Tesalia y los riñones de los aztecas
todo son ruinas… Cuanto más sugerentes eran los indicios
más se diluían las señales concretas… ¿Quién habla de plenitud?
No, ni el estigma femenino ante la fuente de la primavera,
ni el rugido de las moscas de san Venceslao
al caer en la mermelada de ciruelas,
son completos, aunque tal vez éstas, con su bajo vientre
chisporrotean al adulterio…
También conocemos el mal sólo parcialmente.
Es el destino de los santos, la parte que toca de seres mortales,
al resto le queda sólo la diferencia…