¿Cómo he de agradecerte
que estés cerca y tenga donde ir,
cuando de modo tan inhumano suda la desesperación por el universo
hasta que la miseria o la seguridad la devuelven al tiempo?
¡Tener adónde ir, aunque seas de esas mujeres
que desprecian una palabra tierna sólo
porque se ha dicho en una borrachera!
¿Cómo he de agradecerte
que seas tan lenta cuando mi mal
es más rápido que la iluminación?…
Te olvidé por un momento nada más
y la noche se hizo tan densa
que ella sola abrió la puerta del piso
de donde rápidamente me desalojó
tu ausencia…