Ella II

La belleza es de Dios. Pero la belleza seduce.

Desde el hombre del paraíso hasta el que hace la autopsia de la puta asesinada

nos culpa a todos de abandono,

nos promete la mujer como futuro,

pero un futuro tal

que se diría cree en la eternidad sólo más allá de Dios

y nos soporta por nuestro miedo…

y si tenemos celos, sonríe perversamente

hasta donde la nostalgia nos cambia en alegría del mal…

Comparada con la miseria como certeza

es demasiado volátil, para herir a la mayoría…

Vislumbrada sí, vista no.