¿Sí o no?

Siempre buscamos la causa. Pero, como un punto,

es ciega. Buscando nuestro corazón

buscamos la ceguera… Y por mucho tiempo ciegos

nos volvemos sólo tacto.

Tacto que apologéticamente afirma

que habrá siempre ricos y pobres,

no porque el cuerpo esté hambriento o satisfecho,

sino porque cada alma humana es diferente…

Mientras tanto es mero tacto

que infaliblemente tantea

a lo largo de las avenidas divergentes del mercado de esclavos…