Madre

¿Has visto alguna vez a tu vieja madre

en el momento en que te hace la cama,

extiende, estira, remete y acaricia la sábana,

para que no quede ni una sola molesta arruga?

Su respiración, el gesto de sus manos y sus palmas

son tan amorosas

que en el pasado siguen apagando el incendio de Persépolis

y en el presente aplacan ya alguna tempestad futura

en el mar de China o en otro hasta hoy desconocido…