El cachete que un día dio Lucrecia a su seductor
pierde la resonancia en el cisne que hoy, asustado,
bate las alas contra el agua fértil…
La distancia aparentemente inmensa entre ambos actos
oscila entre el odio al peso y la historia,
la historia donde demasiado a menudo estallan los incendios,
la historia donde el niño teme al ave disecada
y donde la niña tiene miedo
de que le quemen la muñeca…
¿Odio al peso? Pues cuando el rey Sargón
saltó de la silla para ir a pie,
los soldados levantaron su caballo y lo llevaron en vilo.