Los árboles se marchitan como pieles curtidas
y el aire se hace más pesado con el peso que pierden.
La hoja que cae, taladro de columna barroca,
horada en la piedra un hoyo para las lágrimas de adiós de los ruiseñores,
que pronto se negarán a beber el agua de los ahogados.
Todo es siete veces lugar que se derrumba
al desecarse la médula del espacio.
El huevo más ligero tiene su germen en el limbo
y sólo al hombre se le ofrecen los peldaños de la horca
o bien un corte dedálico a través de una nube…