En cualquier parte I

Durante la noche de lluvia,

en la que no hay lugar para ninguna de tus intercesiones —

o bien durante el hielo, con el que muere la gente,

durante el hambriento hielo, que tal vez es Dios,

si Dios está en la pérdida de los sentidos —

en toda nuestra vida, en la que no hay contacto,

ya que somos sólo proximidad de dos contrairradiaciones,

la chantajista esperanza dice al asesino, que está todavía en el huevo:

«¡Si no naces tú, nazco yo!»…