Estas dos colinas como rodillas,
empujadas en los pantalones verdes,
no niegan a las víboras en la entrepierna de la roca.
Un poco más abajo tiembla el estanque,
diafragma recortado del vientre de Swift.
Y todavía más abajo, pero ya incorpóreo,
intenta el estiércol cubrir con bochorno
la cabeza del desplazamiento de Blaník…
Y sólo el cielo es irritable, imprudente,
y se hace de lado a tu afrenta
que comparte con conciencia todo lo que todavía no eres
y eres, para que seas del todo…