Semana de pasión

¿Estoy realmente solo de nuevo, amando un poco,

callando un poco, sufriendo un poco

y liberándome por el pensamiento

al no haber cumplido nunca mi destino?

¿No comprendo que un hombre da

sólo porque le falta algo?

¿Estaba tan lleno de aquellos orgullosos colores

que importunan a la luz vacía hasta que ésta los diluye?

Incluso el arte, donde el corazón utiliza el pulso

como el cajista la lámpara,

me ha dejado por mi doble

y está en algún sitio abatiendo mi tronco, tanto más

cuanto más merecen ser hollados

mis estériles pellejos.

Fuera llueve justo en el momento

en que el lobo persigue al cisne,

mientras por el paranoico río resuena

el bramido de los troncos flotantes,

ataúdes para todos nosotros.