Cuando la vida, la vida desaparecida hace ya mucho,
empieza a tostar avena para los caballos muertos en un lejano desierto
y luego, montada en ellos, viene hacia nosotros,
algún ser viviente toma en sus temblorosas manos
un ladrillo de la biblioteca de Asurbanipal
y meditando abandona el presente…
Tras un breve momento ambos se encuentran en algún lado del espacio,
pero sin detenerse siguen volando cada uno en distinta dirección,
ya que podrían reconocerse…