Las personas

Las personas están tan fijas por el egoísmo, que hasta hielan,

y tan borrosas por la costumbre,

que unas para otras son invisibles.

Por lo que se refiere a lo primero, recuerdo un profesor

que durante las maniobras locales llevaba a los niños al prado;

aquello era pura boñiga, pero él destacaba:

¡Fijaos de qué modo están en fila!…

¿Y el segundo? Preguntad a los constructores de las ciudades

por qué los en apariencia vivos son los que mejor se llevan

con los realmente muertos,

y justo en las casas de pisos…