Poesía

Si el hombre no se siente perdido,

está perdido para todo lo que acontece a los demás

y lo que a él le acontecerá.

Y perdido así escribe una carta y el sobre,

lo sella y subraya: ¡Abrir después de mi muerte!

Pero estar perdido y resistir

y tener la luna en el libro y la noche tan sólo en el leer,

no saber dónde ni cómo,

no estar solo pero estar perdido,

es como si el propio dolor con alguno ajeno

engendraran un tercer corazón.