Día aciago en Chlumek

Nada, verdaderamente nada… y detrás de la nada colocada la nada,

que, aunque tan favorable al amplio día de hoy,

recuerda también los años murales de la vejez

con la aparente puerta de la evasión…

El sol es chillón… De su boca a su ano,

de su fe en la forma hasta el conocimiento de la destrucción,

se desliza la monstruosa tristeza de la serpiente del paraíso,

que tan fácilmente ganó y por su fácil victoria

fue pronto obligada al retomo hacia sí misma…

¡El grito de todos los lugares parturientos del mundo,

el despedazarse de las formas y el ceniciento renquear

de todas las hojas hacia el repudio del árbol

y la cola de paja de los dioses

que da latigazos al polvo del cementerio!

Todavía un poco, un poquito,

y la aridez podrá destruirse hasta a sí misma…

Pero en el patio de al lado bañan a un muerto en la artesa y el chorrito de

agua que salta llega hasta mí…