Encuentro II

No, no soy yo, ¡engañas a tu propiasangre joven!

Y en el gozo esperarías la señal secreta

de otro sudor, del sudor que se funde con las lágrimas.

Y quisieras fijar

con otra raíz

el momento de los muslos,

cuando el árbol del odio se encuentra con la saliva…

¿O soy yo en realidad?

Veo tu ser

que hacia mí se dirige vacilante

como si buscara

qué hay de futuro en el camino de la nube nocturna

por encima del hombre que en apariencia duerme…