¿Adónde va esta niña?
Con el pelo partido por una raya
de pendientes arrancados a plazos,
con las notas de la primera evaluación de malos tratos
y los zuecos de suela de ataúd
va errante desde el viejo sexo de una extraña canción
hacia alguna odiosa y brutal noche de siembra
aún remota
por el cruel continente de los sentimientos humanos.
Sí, hasta el mismo dios tiene tan sólo barcos tatuados…