LXVIII. Diálogo

Hoy, cuando estábamos junto a la gruta,

que con oscuro músculo se bebía las olas,

preguntaste, pensando en lo pasajero:

«¿Qué dice a los hombres la corriente?».

—¿La corriente? Como si se hubiera comido la médula de la esfinge,

ella en su tiempo para siempre, con la tiniebla nos murmuraba:

Lo que a nosotros nos piensa sólo hasta la cintura

no será mujer ni en la cabeza.