LVIII. La hora

Ésta es la hora: la música no puede

y la palabra no quiere… La empañada línea de la nada,

diseñada por el aliento, muestra hambrienta

que necesita la realidad toda

para convertir el acto en imagen…

Empieza a llover… El rojo se destiñe de las dalias…

El asesino se lava las manos en el pozo.