No te vayas aún, no te asustes de todo este alboroto,
es el oso que abre colmenas en el huerto.
Pronto se callará. Yo también retendré las palabras
que se abalanzan como el esperma de la serpiente
hacia la mujer del paraíso.
No, no te vayas aún, no te bajes el velo.
El fuel de los crocus ha encendido los prados.
Esto es lo que eres, pues, vida, aunque dices:
Con el deseo añadimos algo. Pero el amor
es puramente él…