El rencor de la luna… ¡que quiere
ser tejido con el revés de la tumba!
Hasta el perro tiene los Alpes rabiosos
en los glaciares de sus dientes.
Los amantes, entrecruzados,
se rompen los huesos en el sueño.
El amor propio contempla su reflejo
incluso en el pozo del cementerio.
Dentro de poco la sombra tendrá un rostro
hacia el que ladre la perra…
Lo que de la tumba sale hacia nosotros
todavía se puede asesinar.