LIV. Noche densa

El rencor de la luna… ¡que quiere

ser tejido con el revés de la tumba!

Hasta el perro tiene los Alpes rabiosos

en los glaciares de sus dientes.

Los amantes, entrecruzados,

se rompen los huesos en el sueño.

El amor propio contempla su reflejo

incluso en el pozo del cementerio.

Dentro de poco la sombra tendrá un rostro

hacia el que ladre la perra…

Lo que de la tumba sale hacia nosotros

todavía se puede asesinar.