El que todavía está en el valle y está dudando
si coger el vaso…,
aquí ya habría sido bebedor.
El cambio de la corriente dulcemente murmurante
se hace aún más suave, si adivina
que con él se estremecerá
la grisácea corneja…
Alguien pregunta: «¿Qué son las fuentes?».
Y el poeta contesta:
«Las montañas se conocieron».