XXXIX. Otoño en la montaña

Es otoño… La amada está en lontananza

y en su luz acaba la voz

bajo la superficie de la piedra…

¿Es cercanía la separación? ¿Sabemos algo del encuentro?

¡Qué secretamente tiembla

el recuerdo en el seno aún no besado,

pero también la alegría, incomprensible

como las últimas palabras de los moribundos!

La mirada del deseo entiende a través de las lágrimas

el lacustre encendido de la médula de las garzas,

el árbol sabe bien que repartir

significa volver,

y tú mismo no eres otra cosa que sensación

de que el abandono sin vacío

o bien ha envuelto su abismo

o bien no lo ha encontrado todavía.