No ves nada, mientras estás no cegado
para la embriagadora tiniebla, donde lo maravilloso es activo.
¿Si no has buscado el vino,
cómo quieres encontrar la bodega?
No alcanzarías el don divinamente maduro
que te indicaría el primer tono de la materia creadora
si te asustaras ante lo inesperado
… y no te asustaras dulcemente.