VOZ.
Sólo el sufrido arraigar y la no atadura
los ve, si tú no los distingues.
Está cerca. Haces bastante,
cuando entras allí, en ti mismo estás entrando.
CONTRAVOZ.
Ama la lejanía, el combate a pecho descubierto.
Ama el río, su largo recorrido.
La fuente cerca del mar
se vuelve sólo riachuelo.