Deja que todo en torno tuyo se llene de hierba,
sólo en la oscuridad están los dioses.
Los pájaros alzan el vuelo cuando
podáis los arbustos de espino.
Incluso a los muertos la medianoche solamente los conoce.
¡Mira!, en el cementerio,
con negra cola silbante,
apaga el caballo
las velas curiosas en humo ciego.