¿Qué otra cosa podemos exigir de los númenes
sino el llanto de las celdas repletas,
cuando cada cosa te dice: no renuncies…
Y tú la escuchas nada más por poseer.
¿Somos sólo una corriente, que devora, roe?
¿Somos por mandamiento de la tierra?
La corriente necesita, necesita… Pero el agua
tiene sin tenencia, tiene sin tener.