XIV. No sólo reproches

Tienen sólo un diente y un ojo

y los prestan como hicieron las viejas Greas en una ocasión.

Y como ellas se lanzan al augurio

guiados por un sentimiento de análisis.

Cuando el callar bajo el peso de las lágrimas cambia la forma,

quieren los detalles de las escenas nocturnas.

Y tú sientes que se estiran

como el pergamino con la humedad.

Entre la naturaleza horizontal y el espíritu vertical

son la belleza que sin dificultad baila como la serpiente…

Hasta la satanizante energía del sueño

tiene algo del paraíso. Del paraíso de las conjeturas.