VI. Imagen que no es abismo

Bajo el tilo colorea el mentón de un santo…

El aire desconocido reverbera

por la virginidad de los oídos del cementerio,

el rojo transcurre fuera de sí,

la risa de las muchachas se absuelve de la desnudez.

y el olor,

resplandeciendo sólo al extinguirse,

niega que el canto

pueda poseer a un hombre nada más con la piedra.

Y con todo, con todo: la imagen

que aquí no es abismo

no puede ser señal.