V. Como nadie

«No, hace ya tiempo que nada tengo que ver contigo».

Dice esto casi como si lo arrojara.

No se confía. Apenas ambiciona

explicar si quiere emprenderla a golpes

o bien, de repente, decidirse.

¡Oh, es como nadie, que se niega

a interceder por nadie

y sus trescientos miembros confunden

la invisibilidad audible

en un tacto premortal, que se asombra

de que también él tenga un traje comprado

a módicos plazos en tiempos de necesidad…

Mira, un ángel, un ángel principiante,

pero ya ángel de apodo:

¡desertor o espía!