Este relato no es sino una fábula, un cuento, llámenlo como quieran. Así que, permítanme lo que tiene de fantasía… Y lo que no tiene de fantasía: el mensaje, la moraleja, etc., está claro.
Sentía la responsabilidad de escribir algo así, para tratar de concienciar de que nuestra vida es corta, pero la vida del planeta puede estar acortándose mucho más rápido de lo que dictaría su ciclo natural. Y no hacemos apenas, nada por remediarlo. Es una historia de amistad pero también de responsabilidad.
Como verán, no pierdo la ocasión de hablar sobre los lugares que amo. Pero, en definitiva, no es sino una historia cuyo fin sólo es entretener. Si, además de eso, les ha emocionado un poquito, me doy por muy satisfecho.
Por mi parte, cuando miro el cielo y lo encuentro aún azul, me siento mucho mejor.